lunes, 29 de octubre de 2007

Tayyip el turco



Erdogan anda aliando civilizaciones en el norte de Iraq; su amigo y fiel Zapatero, no se pronuncia sobre esta nueva ocupación del norte del país. Tumbado en una otomana, ZP asiste al espectáculo televisivo de las beatificaciones, la otra memoria histórica.
Zapatero se instruye delante del televisor. Mientras el coloso de Estambul invade la parte más estable de Iraq, para desestabilizarlo en venganza por la resolución del Congreso USA sobre el holocausto armenio, Zapatero redacta leyes de memoria desigual y olvidadiza, escurriendo el bulto de las atrocidades de sus compinches contra la Iglesia.
Dos dirigentes, dos holocaustos, dos desmemorias y una sola alianza.

En Bruselas, los turcos cuelgan las banderas que aparecen en la imagen, piden manifestarse en número no inferior a los diez mil, y asaltan locales armenios. ¿Quién quería meter a esta bestia en la Unión Europea? ¿Quién la ha metido ya?

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