Solamente en Karachi, Pakistán, hay más de 10.000 escuelas islámicas, surgidas y financiadas con dinero saudí desde hace más de tres décadas. El fenómeno ikastola/madrasa nutre a los terroristas de aquí y de allí. Esto no es nuevo.
Aunque los partidos religiosos dicen que prohíben las actividades políticas en sus campus, se observa lo contrario al visitar, por ejemplo, la escuela de Sohrab Goth. Este es un barrio pobre y polvoriento de las afueras de Karachi, surgido en los años 80 a causa de la llegada masiva de refugiados procedentes de Afganistán. Actualmente, la segunda generación de afganos convive con los paquistaníes. Y a las mujeres del lugar se las ve siempre vestidas con el burqa azul.
En las elecciones del 2002, los partidos islamistas consiguieron el 25% de los escaños del parlamento nacional. Ahora aspiran a más. De momento, ya han eliminado a Benazir Bhutto, antes incluso de acudir a las urnas.
sábado, 29 de diciembre de 2007
Los nuevos talibán
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