Tras la desconexión vacacional, me encuentro con una noticia de impacto: una nueva masacre de al-Qaeda. En esta ocasión la organización terrorista escogió como víctima propiciatoria a una desprotegida comunidad de 150.000 kurdos Yazidi, perseguidos tanto por suníes como por chiíes. El pasado 14 de agosto tres camiones llenos de combustible hicieron explosión en una localidad que albergaba a miembros de esta comunidad no musulmana. Los terroristas suicidas que conducían los vehículos causaron la muerte de más de 500 personas e hirieron a otras 1000. Al-Qaeda y su particular limpieza étnica busca con esta acción distorsionar los moderadamente optimistas resultados que habían logrado los EEUU en los últimos meses, en el marco de la ofensiva Phantom Strike.
sábado, 25 de agosto de 2007
El último genocidio de al-Qaeda
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